El liderazgo que necesitamos

Nunca el mundo había necesitado con tanta urgencia un liderazgo empático, cercano, centrado en las personas y capaz de inspirar a otros para ver oportunidades en medio de una crisis. Las llamadas habilidades “blandas” no son un complemento, hoy son habilidades estratégicas e imprescindibles para los líderes que están tejiendo redes en distintas áreas organizacionales.

El liderazgo que necesitamos

Liderar de forma remota y presencial ha sido uno de los grandes desafíos de este 2022. ¿Cómo mantener equipos comunicados y cohesionados a distancia o de manera híbrida?, ¿cómo estar cerca y ofrecer apoyo y herramientas detrás de una pantalla? 

Aquí compartimos algunas recomendaciones que pueden ayudar a fortalecer a los equipos de trabajo y a dar continuidad al trabajo sin desconocer la realidad particular que vive cada uno.

  • Entrena un cerebro flexible

La flexibilidad cognitiva es la capacidad que tiene nuestro cerebro para adaptarse a situaciones cambiantes o inesperadas. En este momento en el que aún abunda la incertidumbre, dejar a un lado el pensamiento rígido será de gran ayuda. ¿Cómo podemos trabajar en esto? Empezando con acciones simples como alternar las rutinas diarias, aprendiendo una nueva habilidad, leyendo, desarrollando un nuevo oficio o incluyendo nuevos puntos de vista para resolver un problema conocido, entre muchas otras prácticas.

Ser flexible con tu equipo de trabajo y con los nuevos desafíos que impone diariamente la realidad que vivimos es una habilidad que permite una mejor capacidad de reacción  frente a decisiones relevantes  y una mejor conducción de las organizaciones. El mundo es cambiante, nada es estático, ¿por qué resistirse a ello?

  • Conecta personalmente con tu equipo

Todas las personas han debido enfrentar realidades y problemáticas distintas. Si conoces a tu equipo, usa esa información a favor de una mejor comunicación.

Hay lineamientos y desafíos que un líder debe ser capaz de transmitir con claridad a su equipo, pero también se necesitan instancias de trabajo más personalizadas donde se puedan transparentar los apoyos o herramientas que pueda requerir una persona para cumplir y potenciar de mejor forma su rol. En estos momentos es imprescindible comprender el contexto particular que atraviesa cada miembro del equipo, empatizar con esa realidad y buscar alternativas que permitan que se desarrolle con tranquilidad.

  • Crea espacios de comunicación más allá de lo laboral

Hace algunos meses las instancias de conversación sobre lo cotidiano y la vida diaria ocurrían a la hora de almuerzo o al hacer una pausa para tomar un café. Hoy no contamos con eso y esa comunicación debemos mantenerla en lo digital. Tomarse un par de minutos al inicio de una videollamada para escuchar atentamente cómo amaneció el otro o cómo estuvo su fin de semana y crear espacios seguros para mostrarse vulnerables, es provechoso para todos. Y desde ahí se pueden estimular conversaciones sobre otros temas que no tengan que ver con el trabajo: “¿qué serie están viendo?”, “¿cuáles cuentas de Instagram están siguiendo para ver nuevas recetas?”.

Estamos distanciados, pero no podemos estar ausentes. Hay lazos y relaciones que cultivar porque de ellas depende el bienestar de las personas con las que trabajamos. Un buen líder debe saber generar esas instancias y no verlas como una obligación. Hay una oportunidad para todos en esas conversaciones que nos sacan de lo meramente productivo.

  • Céntrate en las oportunidades

Este nuevo escenario vino a cambiar las prioridades de una organización, de sus líderes y de todos los que trabajan en ella. Las metas que fijamos para este año cambiaron, obligándonos a poner foco en otras y a replantearnos lo que hacemos y cómo lo hacemos.

Aunque pueda resultar complejo, el desafío actual es dejar el pantano de “la crisis” y poner foco en las oportunidades. Los líderes que sean capaces de comprender esto y se abran a la innovación, a las nuevas ideas y posibilidades de negocio y trabajo, habrán sacado ventaja de este momento e inspirarán a otros para seguir el mismo camino.

  • Crea y potencia tu liderazgo

La capacidad de liderazgo está siempre en construcción. Es una habilidad que se trabaja de forma constante porque siempre hay algo nuevo que aprender no sólo de los otros, sino también de uno mismo.

Aprende, lee, toma un curso, practica, comparte experiencias enriquecedoras con otros y potencia el perfil de liderazgo que quieres proyectar y el que tu equipo necesita en este momento.

3 reflexiones importantes

¿Has pensando algunas de estas frases?:

  • “Hay algunos integrantes de mi equipo que no sé por qué actúan de determinada forma hoy”. Es momento de tener conversaciones más profundas con ellos, ¿qué sabes sobre su situación actual?, ¿qué crees que puedes estar incomodándolos? Estructura una conversación efectiva y cercana. Tómate un tiempo para hablar con ellos de forma personal.
  • “Siento que no estoy preparado para los nuevos desafíos”. ¿Qué crees que es realmente lo que te falta? Siempre es necesario complementar los conocimientos que tenemos, pero hay problemas que se solucionan conversando con otros. Pedir ayuda o mostrarse vulnerable frente a una situación, no te hace débil, te hace humano.
  • “No sé cómo exigir a otros si estamos viviendo una crisis como esta”. Y no sabemos cuánto va a durar, por lo tanto debemos convivir con ella. Estamos en constante adaptación porque el escenario es cambiante. Priorizar los objetivos y centrarse en metas a corto plazo parece la mejor estrategia actualmente.