El valor estratégico de la claridad

Cuando no sabes hacia dónde vas, sirven todos los caminos y a la vez ninguno. La claridad para escoger el recorrido más adecuado frente a un requerimiento o nuevo proyecto, no llega sin abrir espacios de reflexión, pero vivimos tiempos de inmediatez que limitan ese proceso y terminan dejando a muchos en ese incómodo limbo del: no sé por dónde comenzar.

Debe existir una palabra, en algún idioma, que defina todo eso que se siente cuando tenemos claridad absoluta sobre la ruta que debemos seguir frente a una decisión importante. El alivio infinito al descubrir el camino con sentido, donde se despejan dudas y a lo lejos, se ve el objetivo hacia el que podemos avanzar con confianza. Decir “ver la luz” lo representa bien. Es un momento preciado, a veces esquivo, pero sobre el que se puede trabajar.

Frente a la presión, la falta de claridad es abrumadora. Si en una organización no hay quien marque un punto de inicio ni una estrategia que sirva como base, se tiende a la improvisación y a trabajar sin estructura, porque no hay conducción. El problema con esto, es que se corre el riesgo de comenzar un proceso poco eficiente y que no asegura que alcanzaremos los resultados que buscamos.

Tips para encontrarte con la claridad

Hay aspectos esenciales que aborda y que explican cómo opera en un proyecto. Aquí los explicamos:

  • PREGÚNTATE “PARA QUÉ”

Quienes ocupan cargos estratégicos siempre suelen estar en contra del tiempo. Los espacios de reflexión son limitados y esto suele derivar en que se pierde el foco de lo que se necesita realmente y se piensa sólo en el soporte o forma en la que se llevará a cabo.

La respuesta a todas las preguntas y el camino más corto para alcanzar la ansiada claridad, se obtiene indagando en el “para qué” y no en el “qué” ni en el “cómo”. Ahí está la base para construir un proyecto que se sustente en el tiempo, genere sentido a los equipos, se forje con recursos eficientes y tenga mayores probabilidades de éxito en comparación a uno que no comienza desde ese punto de inicio.

  • DETECTA EL PROBLEMA

¿Cuál es el problema que tienes que resolver? Si ante un requerimiento importante partes de la idea de que necesitas crear un newsletter, por ejemplo, no estás poniendo foco en la necesidad. Lo que hay que detectar específicamente es cómo comunicarse con un público determinado. En ese problema la solución puede ser un newsletter, siempre y cuando conozcas en detalle a las personas con las que quieres conectar y tengas certeza de que el contenido que puedes proveer será valioso para ellos.

  • TRABAJA EN EQUIPO

La mayoría de las veces nos perdemos buscando lucidez en solitario, cuando es mucho más fácil encontrarla en conjunto. Escuchar atentamente a otros y sumar distintas miradas y disciplinas, sólo trae beneficios. Saber pedir ayuda es un valor que se debe reforzar continuamente, especialmente quienes lideran equipos, ya que a través de ellos se puede instalar esa práctica como parte esencial del trabajo.

  • ASESÓRATE CON EXPERTOS

Esto que muchos ven como un gasto adicional, es realmente una inversión que permite optimizar recursos humanos y económicos. No se puede tener las respuestas precisas y asertivas sobre todos los temas. Hoy existen en Chile muy buenas consultoras y equipos de expertos que trabajan para esclarecer aquello que muchas organizaciones no logran ver con facilidad. Esto se consigue a través de procesos de investigación y diagnósticos que permiten generar insights para comprender en profundidad el problema y generar soluciones eficientes y efectivas.

Si vuelves a estar en la confusión, haz este ejercicio:

Cuando enfrentes nuevamente a un escenario abrumador y confuso, pregúntate lo siguiente:

¿Cuál es la necesidad de fondo que hay que resolver?, ¿es distinta al requerimiento que me plantearon? Diferéncialos. Deja los juicios y expectativas propias y enfócate en lo que genere beneficio común.

¿A quiénes beneficia esta solución? Evalúa la viabilidad de que ese grupo provea información detallada sobre sobre sus necesidades.

¿A quiénes involucra el desarrollo de la solución? Invítalos a trabajar en equipo.

¿Conoces a alguien que haya resuelto un problema similar? Contáctalo, crea redes, consulta y escucha activamente.

Suerte y adelante.