El momento perfecto
¿Cuánto tiempo más estamos dispuestos a aplazar un proyecto u objetivo para que se concrete “algún día”? ¿Cuántas variables más esperaremos que se alineen para dar un gran paso? Hoy, como nunca, nos movemos en escenarios cambiantes e impredecibles que nos invitan a centrarnos en el presente y a creer que no hay mejor momento para ir tras ese cambio que buscamos. El momento perfecto ya llegó y es hoy.
¿De qué hablamos cuando hablamos del momento perfecto? Se supone que es aquel que llegará cuando tengas más tiempo, cuando pase esta crisis, cuando los hijos crezcan, cuando cuentes con los recursos suficientes, cuando tengas la aprobación de otros, cuando alguien más quiera hacerlo contigo. La lista de argumentos para no entrar en acción es larga y en ciertos casos puede ser hasta realista, pero la mayoría de las veces se trata de excusas que asumimos para no hacernos cargo de algo más grande. Y la excusa se convierte, literalmente, en una trampa que nos toma el pie y nos deja inmovilizados y atrapados en un mismo lugar, sin la posibilidad de avanzar.
Son muchos los que hoy están a la espera de que algo -divino o no- ocurra para tomar decisiones importantes que van desde cambiar un hábito poco saludable, a decidirse a tomar ese curso de especialización que tanto sueñan y han postergado por falta de tiempo. Lo mismo ocurre con algunas marcas que esperan pasivamente el momento ideal para dar un gran salto que los hará crecer, pero en esa espera es probable que su mercado cambie y se sumen nuevos competidores poniéndolos en un nuevo escenario que también será desconocido. Entonces, ¿cuándo y cómo empezamos?
En tiempos de incertidumbre es normal que percibamos o incluso creemos nuevas barreras que nos alejan de un objetivo. Es difícil pensar en atreverse a cambiar sin tener garantías de que todo saldrá como lo esperamos, pero la realidad es que esas certezas no se tienen nunca. Aceptar eso con convicción nos evitará más de un problema en lo personal y profesional. Bajo esta premisa, generar un cambio o empezar un proyecto hoy y no mañana o “algún día”, cobra más sentido que nunca.
Si quieres ver resultados comienza ahora
El momento perfecto está ocurriendo ahora, mientras lee esto, y no hay razón para desaprovechar esa oportunidad. Hoy es tiempo de marcar un punto de partida que no hará que tu objetivo se concrete mañana, pero pavimentará el camino para llegar más fácilmente a él.
- Planifica y busca foco: un objetivo sin plazos se queda en un sueño. Dale estructura a ese proyecto y ponle plazos con calendario en mano, el deadline que sólo existe en tu cabeza no sirve para estos casos. Define metas, pide ayuda a gente experta que pueda asesorarte, arma un plan, genera compromisos con otras personas involucradas y cumple con ellos para avanzar. Y sobre todo, persiste.
- Cree en lo que haces y empodérate: tu idea puede parecer un imposible al comienzo, pero cuando la lleves a la práctica probablemente esa percepción cambie. Cuando armas una estrategia con plazos definidos y metas, viene la claridad y con ella la convicción de una idea. Esa lucidez permite enfrentar las dificultades con una actitud distinta, ser resolutivo ante lo que parece un problema y no desistir frente a la adversidad.
- Cambia el mindset: para este objetivo y todos los que te propongas de aquí en adelante. Si decides dejar de postergar un proyecto y comenzar por fin a trabajar en él, no es momento de autoboicoteos ni de convertirte en tu peor hater. Que tus palabras, pensamientos y energías, estén siempre en línea con lo que quieres alcanzar. No te distraigas.
En práctica
Piensa en cuántas ideas o proyectos le has puesto la etiqueta “algún día” y priorízalas, evaluando cuáles son realmente importantes para tu vida laboral y personal.
Escoge una de esas ideas y responde estas preguntas:
¿Qué juicios has sostenido sobre ese proyecto durante este tiempo? ¿qué cosas específicas te hacen creer que no puedes comenzar hoy?
¿Qué acciones estás implementando tú o tu marca para alcanzar ese objetivo? (ahorrar, investigar, estudiar, pedir asesoría, etc.)
¿Cómo le hablas a otros de ese objetivo que tienes en mente? ¿Te refieres a él sólo como un sueño?
¿Sabes quiénes pueden ayudarte a alcanzar tus objetivos? ¿puedes recurrir a ellos y establecer compromisos?
Tener claridad y asumir que hay algo que no estamos atendiendo son los pasos iniciales para hacerse cargo y accionarse. El mundo actual necesita personas y marcas que se atrevan a lo que otros no, que no tengan miedo a equivocarse y puedan compartir sus experiencias para inspirar a otros.
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